Todo se remonta al año 1896, cuando nuestro bisabuelo comenzó en el mundo del olivo. Aprendió desde temprana edad los secretos de esta fruta, viajando por las regiones de Andalucía y Extremadura.
Estudió y eligió solo los mejores cultivos en España, y después de años de esfuerzo y sacrificio fundó la empresa con sus hijos.
Hoy nos sentimos orgullosos y convencidos cuando afirmamos que producimos las mejores aceitunas del mundo: Gordal de Sevilla, Manzanilla de Arahal, aceitunas rellenas a mano y, por supuesto, el secreto mejor guardado de la familia: el aderezo.